Kristin Suleng | REA nº 20 | Publicado en Junio de 2015
Mucho antes de que aterrizaran los vuelos chárter en L’Altet, desde el Mar del Norte llegó a España la hija de un rey vikingo tras un largo viaje en barco drakkar. Kristina de Tönsberg, cuñada de Alfonso X El Sabio, murió en Sevilla sin descendencia a los cuatro años de matrimonio. Como posible hipótesis, se apuntó a la melancolía por su añorada tierra polar. La historia de la joven princesa se hubiese escrito de otra manera de haber existido en el siglo XIII una «pequeña Noruega», como la que los descendientes de sus súbditos vikingos fundaron siete siglos después en L’Alfàs del Pi, con las ayudas del bienestar escandinavo para disfrutar de las bondades curativas del sol mediterráneo.